Un paseíto por Torrelaguna, un pueblo bastante majo al pie de la sierra madrileña.
Torrelaguna tiene la iglesia gótica más atractiva de nuestra comunidad.

Un buen sitio para comer el el Alfolí, un caserón de hace unos cuantos siglos que fue peso de la harina (alholí) y luego almacén de vinos y aceites.
Allí tiene su restaurante Isa, una gran cocinera.
Isa hace una de las mejores carrilleras que he probado, y se le dan muy bien el salmorejo, la sopa de almejas, el risotto de setas, la ensalada 500, el rodaballo (lo borda), y los asados de cordero y cochinillo (por encargo)
Todo por un precio bastante ajustado.
Los primeros viernes de mes organizan la «gastrosofía» cenas a precio módico con concierto incluído.
Después de comer, uno puede acercarse a la Pastelería Casa Martín, a tomar un café con un pastelito.
Y luego a bajar la comida paseando. Un paseo delicioso es el camino que recorre la antigua presa del Pontón de la Oliva. Para ello hay que coger la carretera de Patones de Abajo y cuatro kilómetros más allá está el aparcamiento de la presa.
De paso que se contempla la naturaleza, se puede admirar la gran obra de ingeniería que supuso la traída del agua a Madrid. Una de las más grandes (además de bellas) obras de nuestra historia.
Fotos: Carlos Osorio