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Doña Salvadora pasa por ser la última organillera de Madrid.
Encontrársela suele ser la única oportunidad de poder escuchar este instrumento que fue tan típico de Madrid y que ahora brilla por su ausencia, sobre todo desde que hace una década el Ayuntamiento decidió suprimir la música de organillo de los festejos patronales de Madrid.
Parece ser que el organillo no es cool.
Pues no será cool, pero suena fresco, alegre y evocador.