Con rara habilidad, enorme gasto y enorme esfuerzo, el Ayuntamiento va convirtiendo las plazas del centro histórico en desiertos de granito: sin árboles, sin bancos para sentarse, sin parterres, sin fuentes para beber, sin plantas ni flores. De paso se elimina el mobiliario urbano histórico (farolas fernandinas, bancos de Ventura Rodríguez).
En este sentido son muy interesantes estos artículos, uno de ADN, y otro de Veinte Minutos, que te recomiendo.

Foto: Carlos Osorio (Plaza del Callao tras la «reforma»)