El viajero que va llegando a Madrid, por cualquier carretera, contempla un panorama de abandono y fealdad que desmerece mucho la imagen de nuestra ciudad. Todas las superficies verticales, fachadas, naves, vallas, puentes, carteles, mobiliario urbano, etc, están llenas de pintadas vandálicas. El interior de la ciudad tampoco se salva de esta plaga.

Madrid no merece tener este aspecto de suciedad y abandono. Los responsables públicos deberían empezar a ser responsables ante este problema.