.
A diferencia de algunas comunidades donde cunde el nacionalismo insolidario, para ser de Madrid
no hace falta tener ocho apellidos madrileños, ni siquiera uno.
Lo bueno de Madrid es que aquí cabe todo el mundo, no hay que pasar ninguna prueba de identidad, cada uno puede ser madrileño a su manera.
Aquí no se le exige a nadie nada; pero se te sugiere y se te agradece lo siguiente:
Al igual que en el verano donas generosamente un puñado de euros para las fiestas de tu pueblo natal, haz lo mismo para las fiestas de tu barrio en Madrid.
Ya que se te otorga el derecho a ser de esta tierra, siéntela como si fuera tuya. Defiende el patrimonio histórico artístico de Madrid. Trabaja como vecino que eres por mantener la ciudad bella, limpia, culta, próspera, acogedora y divertida que nos gustaría tener.
Y sobre todo: conoce Madrid.
Solo se ama aquello que se conoce.
¡Feliz estancia, feliz vida en Madrid!