He decidido hacerme un homenaje a mí mismo con dos delicias de la cafetería-pastelería Mamá Framboise: el capuchino con ese dibujo marmóreo en su superficie y un pastel que podría venderse sin problemas en una joyería: el éclair de frambuesa (a base de pasta choux rellena de cremoso de frambuesa y con glaseado de frambuesa y crispies del mismo sabor)
Me parecen recomendables los milhojas de almendra, de frambuesa, el bretzel de arándanos, el bizcocho de pistacho, las tartas de limón, de frambuesa o de queso.
Me gusta la distribución de las mesas, a menudo compartidas con otros clientes.
Me parece agradable el ambiente, aunque algún camarero es un poco estirado y en la carta se abusa de la denominación en inglés, pudiendo usar el castellano.
En todo caso, un sitio muy atractivo, en la calle de Fernando VI, 23.