A falta del dictamen definitivo (aún quedan por cotejar las pruebas de ADN) los investigadores creen haber dado por fin con los huesos de Cervantes.
Varios huesos del mayor escritor en lengua castellana habrían aparecido junto con los de su esposa y varias decenas de esqueletos más en un nicho de la cripta del convento de las Trinitarias.
Cervantes, que fue enterrado en la intimidad (apenas asistió su familia al entierro) y tras una vejez en la que andaba muy escaso de recursos económicos, está hoy más cerca de sus vecinos, los madrileños, que podemos honrar y homenajear un recuerdo físico concreto del gran escritor.
Más vale tarde que nunca, y en un país que no ha honrado casi nunca a su grandes genios, este descubrimiento nos llena de satisfacción.
Enhorabuena al equipo de investigadores!
Foto: El País.