Desde hace un año, una pareja vive en un soportal de un comercio cerrado, al inicio de la calle Alberto Aguilera. En este pequeño hueco tienen su colchón, su camping-gas y otras pertenencias. A ambos lados de la sábana que hace de puerta, acaban de poner unos adornos de Navidad. Un gesto simpático, dada su situación. Uno se pregunta si no estará fallando algo en nuestra organización social para que este tipo de problemas no tengan remedio. ¿Y lo del derecho a la vivienda digna?