Una de las cosas de las que uno está orgulloso de esta sociedad es de los servicios públicos. Por eso no me gusta esta dinámica de ir privatizándolos por partes. Ya se ensayaron en los países anglosajones privatizaciones parecidas y al final el estado tuvo que intervenir para deshacer el desastre. Ahora que hasta los EEUU se fijan en nuestra sanidad, hay quien quiere fijarse en la penosa sanidad que ha tenido EEUU. No entiendo nada. Como usuario de la sanidad pública, llevo tiempo viendo que las privatizaciones no son precisamente para mejorar los servicios, sino únicamente para reducir costes. Y reducción de costes significa menos calidad.
Porque nos gusta la sanidad pública,
Martes 1 a las 19,30, de Atocha a Sol
convoca FRAVM.