Me he dado una vueltecilla por el Conde-Duque y esto es lo que han visto mis ojos:

1- La reforma de las fachadas: La reforma del Conde Duque obedecía a la necesidad de terminar el patio sur, es decir, una cuarta parte del edificio, por lo que no hubiera sido necesario gastar una suma tan importante en reformar las otras tres cuartas partes, que ya estaban reformadas. El tratamiento de las fachadas es incorrecto, puesto que se ha querido dar un aspecto de edificio industrial a un edificio barroco que nunca tuvo el ladrillo visto. Se han eliminado los tejados y buhardillas para poner una chapa metálica, un sinsentido digno de la época actual. Las fachadas de los patios son de una sosez total.



2- La reforma de los interiores:
La reforma interior, especialmente la del patio sur que acaba de ser rehabilitado me parece excelente, y como muestra aquí están estas imágenes. Por una vez voy a ser pródigo en la parte gráfica, ya que he disfrutado con la visita:

únicamente me ha parecido soso el teatro, todo negro y con la única licencia cromática de las butacas rojas.
En cuanto a la primera exposición que inaugura esta zona sur del centro cultural: la obra del escultor Cornelis Zitman me ha parecido que, sin ser maravillosa, es una exposición recomendable y se ve con gusto e interés. Tienes tiempo, porque estará hasta el 16 de octubre.
Fotos: Carlos Osorio.