Ilustración del dibujante Espí de la mujer bigotuda de Madrid.
«Alta, delgada, con un mirar fijo que parece ensanchar la redondez oscura de las pupilas; con una palidez extraña, mate, viscosa, como de ser que vive en lo oscuro; de andar resbaladizo, sorteador de obstáculos, la mujer bigotuda pasea por Madrid…»
Así la describía el escritor Mauricio López-Roberts en 1906. 
La mujer bigotuda se hizo famosa, muy a su pesar, en el Madrid de principios del siglo XX.
Tener bigote, símbolo por excelencia del macho, no se podía concebir en una mujer. tener pelo en tal o cual lugar, hombres o mujeres, es una cuestión de las modas y no es del todo impensable que algún día pudiera estar de moda el bigote en la mujer…
Quién sabe. El caso es que a ciertas damas de hierro, a ciertas lideresas, un buen mostacho les iría al pelo, y nunca mejor dicho. 
Aquella pobre mujer, la bigotuda de principios del siglo XX no se subía en los tranvías y procuraba evitar los lugares concurridos, tal era el horror que tenía a ser reconocida y a las burlas que le podían hacer. Nadie sabía dónde vivía y nadie supo cómo o dónde o por qué desapareció un día.
Sirva su recuerdo como homenaje a la gente diferente, a todos los frikis, a todos los extraños, a los que tienen personalidad propia e irrepetible.