Una de las fiestas más antiguas de Madrid era la de La Maya. La Maya era una fiesta de origen romano, aunque seguramente los romanos la tomaron de civilizaciones anteriores,, en la que se celebraba la fecundidad de la naturaleza coincidiendo con el mes de Mayo.
En esta fiesta se elegía una doncella, la Maya, a la que regalaban hermosos trenzados de flores y ramas de frutal. Esta fiesta, adaptada a nuestras costumbres, fue muy popular en el Madrid de los siglos XVII y XVIII, cuando los patios del centro competían en preparar los mejores monumentos florales en homenaje a la Maya.
En muchos lugares esta fiesta se adaptó al catolicismo convirtiéndose en «Las cruces de Mayo».
Al parecer, la celebración de la Maya desapareció de la mayoría de los barrios, quedando únicamente la Maya de Lavapiés.
 En la variante cristianizada de la fiesta «Las Cruces de Mayo» se veneraba una cruz que los vecinos confeccionaban con flores y ramas. Cada barrio del centro realizaba una cruz, y luego se llevaban todas a la Plaza de la Villa donde se elegía la mejor.
Fue en los años 70, con la llegada de la Democracia, cuando la Asociación de Vecinos de Lavapiés decidió recuperar la fiesta de la Maya.
 Siguiendo la costumbre ancestral, los vecinos hacían monumentos florales en sus calles y se elegía una doncella a la que se entronizaba en un sillón lleno de flores y ramas. Los niños pedían un donativo para la reina de la fiesta: “Para la maya, para la maya que es linda y galana” e invitaban a la concurrencia a probar rosquillas y limonada de vino.
La fiesta se suele celebrar el segundo domingo de Mayo a las 10:00 de la mañana, aunque conviene confirmar la fecha y el horario.
Se celebra en las calles de la Fe, Salitre, y Doctor Piga.
Fotos 1 y 2 : Asociación La Corrala.
Fotos 3 y 4: Carlos Osorio.
Del libro: «Lavapiés y El Rastro», de Carlos Osorio, editado por La Librería.