Desde su fundación, en 1914, en esta pastelería se dedican a preparar los “cruzamientos”. Se llama así a unas cajas de bombones o pastelillos, ricamente decoradas, que regalan a sus familias los caballeros que van a ingresar en una orden militar.
El nombre de Duquesita hace referencia a la encantadora estatua de alabastro que preside el local. La estatua, realizada en Italia, presenta algunos desperfectos (visibles en cuello nariz y mano) debidos a la acción de un fanático que, en los inicios de la guerra civil, la emprendió a culatazos con lo que entendía un símbolo de la monarquía. El dueño, don Mariano Santamaría, que era socialista, detuvo al bárbaro y lo echó a puñetazos antes de que culminara su destrozo.

Hoy regenta la tienda Luis, el hijo de don Mariano, extraordinario maestro, gran emprendedor que fundó la Escuela de Pastelería Madrileña, la cual formó a no pocos de los mejores reposteros actuales. Luis es un gran conversador con quien se pasa uno buenos ratos hablando de historias de Madrid.

El proceso de fabricación de los bartolillos, huesos de santo, buñuelos, etc. Es totalmente artesanal. Destacan las anguilas de mazapán los croissants y los “soconuscos” (pasteles de chocolate cuyo nombre recuerda al lugar de México donde en época de Cervantes se obtenía el mejor cacao)
En Fernando VI, 2.

Fotos: Carlos Osorio