La cerveza se inventó hace unos seis mil años en la zona comprendida entre Mesopotamia y Egipto. La palabra cerveza procede del término céltico-latino cerevisia, que une el nombre de la diosa de la agricultura Ceres con la palabra vis (fortaleza).
En España se consume desde tiempo inmemorial. En Ambrona (Soria) se ha encontrado un recipiente con restos de cerveza que data de hace 4400 años. Son los restos de la espumosa bebida más antiguos de Europa.
Hoy, la cerveza ha superado al vino en las preferencias de los españoles. De los 3 litros por habitante y año consumidos en 1950, hemos pasado a los 47 litros del año 2016.
Somos el tercer productor europeo detrás de Alemania y el Reino Unido.
La cerveza en Madrid es tan tradicional como pueda serlo el vino. Su consumo se generalizó cuando Carlos I y su corte germánica se instalaron en la villa. El emperador se trajo un maestro cervecero de la ciudad de Gante.
La primera industria cervecera conocida data del siglo XVI. Pronto hubo seis factorías.
A finales del XIX, producían cerveza tres importantes firmas: “El laurel de Baco”, en La Moncloa, “Mahou” en la calle Amaniel, (aún se conserva parte de la factoría que fundara don Casimiro Mahou, convertida hoy en Museo ABC del dibujo), y “El Águila” en la calle General Lacy, (edificio renovado y convertido hoy en biblioteca regional).
Del libro «Tabernas y tapas en Madrid». Carlos Osorio. Ediciones La Librería