Un chorro de luz se abrió paso entre las nubes cárdenas del atardecer y por esa prodigiosa alquimia que solo el astro de fuego puede lograr, los ladrillos se convirtieron en oro. Solo duró unos instantes, y se me quedaron los ojos dorados.
El edificio y capilla del ICAI-ICADE, (aquí en su fachada trasera, la de Santa Cruz de Marcenado) fue construido por los jesuitas en 1903-1908. El arquitecto era Enrique Fort, quien utilizó elementos del neo-gótico y el neo-mudéjar, trabajando el ladrillo con veradera maestría.
Foto:C.Osorio