En la calle de Tabernillas existía hasta hace muy poco una vetusta imprenta con su maquinaria y utillaje originales, que durante varias décadas se ha dedicó a imprimir carteles de toros.
Parece ser que la imprenta tenía más de cien años. Tal vez tenía relación con la impresión de coplillas y romances de ciego que según he sabido se hacía en esta calle.
La imprenta ha cerrado recientemente.

Aromas de tinta rancia recién impresa en el papel se mezclan con el olor a grasa de unas máquinas rotativas de gran belleza y antigüedad.

Conocer esta imprenta me produjo una grata «impresión». 

Fotos: Carlos Osorio.