Se decía en tiempos en que Madrid era muy festivo que hasta San Antón duraba la Navidad. En la Iglesia de San Antón, construida por Pedro de Ribera en el XVIII,  cada 17 de Enero, se celebra la bendición de los animales. Es esta una tradición que parece provenir del Madrid medieval, cuando se bendecían animales en una ermita dedicada a San Blas que hubo en el Retiro. En el XVIII se trasladó la celebración a las Escuelas Pías donde se bendecía la cebada que iban a comer las caballerías, en una época en eran el principal medio de transporte. En cuanto al conjunto de las escuelas e iglesia, parece que en origen fue una leprosería atendida por los monjes de San Antón. Estos monjes tenían un gran rebaño de cerdos que pastoreaban por las calles de la Villa. Desaparecido el convento se crearon las escuelas pías, siendo el segundo colegio que abrían en Madrid los escolapios.

 Es llamativo que San Antón sea el patrón de los animales y también del gremio de carniceros….siempre me ha parecido un poco contradictorio… ¿o no?
A lo largo del dia muchos madrileños-as llevarán a sus mascotas para que el cura los bendiga con esta frase: «El señor bendiga este animal, y San Antón lo proteja de todos los males del cuerpo»
Bien, el caso es que esta mañanita me he dado una vuelta a comprar los típicos panecillos de San Antón.
La tradición dice que hay que guardar un panecillo para el año siguiente con una moneda debajo para que no falte el dinero durante todo el año. El que los panecillos duren de un año para otro es debido a están hechos con una fórmula muy antigua, egipcia o árabe, que permite que se puedan conservar largo tiempo.

Fotos: Carlos Osorio.