Al hablar de pintadas no nos referimos a murales artísticos o grafitis decorativos que cuando están realizados en lugares adecuados y por artistas competentes pueden aportar arte o belleza. Hablamos de la plaga de las pintadas, firmas y garabatos que ensucian las fachadas, los comercios, los vehículos y el mobiliario urbano de Madrid.

Las pintadas hacen daño por muchas razones:

-Se vulnera el derecho de los ciudadanos a tener su casa, sus espacios públicos y privados como mejor les parezca y no como les impongan a la fuerza los vándalos del spray.

-Se afean notablemente los paisajes urbanos. la mayoría de los grafiteros que practican el «tagging» no tienen la menor formación artística y su única finalidad es exaltar su propio ego ensuciando la ciudad.

-Se utilizan pinturas y aerosoles sintéticos tóxicos, dañinos para el medio ambiente.

-Los comercios y establecimientos públicos pierden todo interés en tener fachadas bellas y agradables puesto que se las van a vandalizar al poco tiempo.

-Se estropean los revocos y decoraciones exteriores de los edificios de interés artístico y arquitectónico.

-Cuesta mucho tiempo y mucho dinero a los ciudadanos particulares y a las instituciones limpiar las pintadas en sus propiedades.

-Los miembros de estas bandas frecuentemente desembocan en otras formas de delincuencia.

-Frente a estas agresiones a la ciudad y a los ciudadanos, las autoridades no se interesan por el problema y la policía muy rara vez actúa. No existen leyes para combatir el vandalismo.

Madrid no se merece esta plaga que afea notablemente la ciudad.

cof