El Belén del Príncipe es uno de los tesoros mejor guardados y menos conocidos del Palacio Real de Madrid. Este nacimiento, posiblemente el más interesante de cuantos hay en la capital, es una obra escultórica fascinante por su caracterización de los personajes de la corte napolitana (no exenta de humor e ironía), por la riqueza de las vestiduras y por las ingeniosas escenografías.
El Belén del Príncipe, iniciado por Carlos III para su hijo Carlos IV, es obra de artistas napolitanos, genoveses y españoles, que hicieron de él uno de los más importantes  de todo el siglo XVIII.
De las 6000 figuras que llegó a tener, se conservan 89. También se han adquirido algunas estatuillas para completar escenografías. Hay escenas fijas como el lugar del nacimiento de Jesús, el cortejo de los Reyes Magos, la posada, el mercado o la taberna. En el diseño de este año se ha instalado, a pequeña escala, la tienda de campaña otomana que se conserva en la Real Armería.
En los belenes napolitanos llama la atención la presencia del demonio bajo la cueva del portal. Es una alusión al mal, a la brevedad de la vida y una invitación al arrepentimiento por acciones incorrectas.
La pompa y boato rodeaban las ceremonias de la corte napolitana y el pueblo fue adaptándolas a las escenografías del Belén: el descubrimiento de Pompeya, el renovado interés por la vida del campo, los desfiles y fiestas reales, la llegada de embajadores o cualquier acontecimiento de actualidad que avivara la curiosidad del ciudadano, de inmediato tenía cabida en la pequeña ciudad del Belén.
Una característica esencial del Belén del Príncipe fue su disfrute fue público. Durante el siglo XVIII y hasta principios del siglo XX, fue accesible a todo el mundo previa petición: una papeleta llamada boleto que expedía el Mayordomo Mayor de Palacio.
Esta tradición sigue viva y desde hace unos años tenemos dos opciones para ver el belén:
Una, la más rápida, es pagar la entrada del Palacio Real y verlo nada más entrar al salón de alabarderos.
La otra es entrar al patio de la Armería por la calle de Bailén, haciendo una cola que puede ser de media hora o una hora. En todo caso pocas veces se puede contemplar una cosa así.
Del 6 de Diciembre al 12 de Enero, de 10 a 18:00 horas.
Fotos: El Mundo y Hola.Com