Cada quien se las ingenia como puede para ganarse los garbanzos, y este hombre, ya lo véis, ha montado un tallercito de afilado de cuchillos en el maletero de su coche.
Así va, de restaurante en restaurante, aparcando su coche en la misma puerta y ofreciendo sus servicios:
¡El afiladooooor….!
Foto: Carlos Osorio.