Todos sabemos lo que significa «Echar un polvo», pero lo curioso es que nadie parece saber de dónde viene esa expresión tan habitual.
Las hipótesis que uno puede encontrar en Internet a mí, sobre unos polvos de rapé que tomaban los nobles, francamente, me parecen surrealistas y poco o nada fundamentadas.
El caso es que, investigando sobre las brujas de Madrid en el Siglo de Oro, he sabido que era muy común acudir a su consulta para buscar remedios mágicos ante los problemas sentimentales.
Para enamorar a una persona, para recuperar el amor perdido las brujas ofrecían el siguiente remedio:
En un brasero quemaban azufre, sal y ramas de romero junto con una estatuilla de cera que representaba al ser amado. Cuando todo esto quedaba reducido a cenizas, lo metían en una bolsa y se la entregaban a su cliente. Este tenía que ir a la casa de la persona a la que se quería enamorar y echar el polvo en la parte baja de la puerta de dicha casa.
Esta práctica debía ser muy habitual y probablemente la gente acabó relacionando el acto simbólico y mágico de seducir mediante unos polvos con el resultado positivo de tales hechizos: gozar por fin de la persona amada.
En diversos países, muy especialmente en Sudamérica, estas prácticas continúan hoy en día.
En cualquier caso, esta expresión era considerada como soez y de mal gusto, por lo que los escritores no comienzan a utilizarla en la literatura hasta los inicios del siglo XX.
 
¿Qué significa hacer una paja?
Con respecto a la expresión «Hacer una paja» o «Hacerse una paja», en el sentido de masturbarse, la palabra paja tiene el mismo significado que «caña», ambas aluden a los tubos que se introducían en el terreno junto a los pozos o acuíferos, al modo de las bombas de agua de tracción manual, para extraer el agua hasta la superficie.
Bomba de agua de tracción manual. A unos aparatos de esta naturaleza
se llamaba en siglos pasados "pajas" o "cañas" de agua.
La palabra paja en el sentido de tubo para extraer el agua, ya no se usa en España, pero se sigue utilizando en varios países de Hispanoamérica. Di con esta palabra casualmente, investigando sobre los usos agropecuarios de la Casa de Campo. En un documento del siglo XIX se decía que la Casa de Vacas no recibía suficiente agua y que había que instalar dos «pajas de agua» para obtener una mayor cantidad de agua. Como vemos, en el siglo XIX aún se usaba la palabra paja en este sentido. En definitiva: una paja tiene que ver con un movimiento rítmico de succión que provoca la expulsión de un líquido. A buen entendedor…
Carlos Osorio.