Ya no podré ir más a la droguería de Martínez Orúe a por materiales para mis cuadros y mis pinturas. Ahora es una tienda de souvenirs para turistas.
Era la segunda mejor droguería del centro de Madrid, junto con Riesgo. Es una gran pérdida para quienes buscan productos especializados. Otro comercio útil que se convierte en comercio de capricho y nadería. Es el triste destino de los comercios tradicionales, abandonados a su suerte por las administraciones.
Este comercio gozaba de la máxima protección, por lo que han tenido que conservar la portada. Sin embargo, los cajones en los que se podía leer: «estoraque, benjuí, esperma de ballena, licopodio,greda, alcanfor…», que también entran en la protección, han sido retirados.
Foto: C. Osorio.