En 1922 se inauguró uno de los primeros grandes almacenes de Madrid. Los almacenes Madrid-París, en Gran Vía, 32. El edificio fue construido por los arquitectos Teodoro de Anasagasti y Maximiliano Jacobson.
Había zonas de venta distribuidas por pisos en torno a un patio central cubierto. Una gran cúpula central de 30 metros de diámetro iluminaba el patio central en torno al cual se situaban los puntos de venta.

En 1934 el edificio fue reformado, construyéndose tres plantas más y un cine, el Imperial. Se eliminaron las graciosas cúpulas que lo flanqueaban y se colocó una estatua del ave Fénix.

Se instalaron entonces los almacenes SEPU (Sociedad española de precios únicos) con un sistema de ventas de precios fijos y accesibles a todos los bolsillos: «Quien calcula compra en SEPU» Sistema que imitaba el que se inició en 1879 en Nueva York por el empresario Woolworth. SEPU permaneció hasta el 2002.
Recientemente se ha instalado en el edificio una cadena de ropa barata, Primark,  cuyo mayor atractivo es precisamente la distribución de los espacios que sigue en buena parte la disposición original de los almacenes Madrid París.