Cristo de la Buena Muerte. Siglo XV. Iglesia de las Maravillas y de los Santos Justo y Pastor, (C/ Dos de Mayo, 11).

Realizado en el siglo XV, en estilo gótico tardío, es el crucificado de gran tamaño más antiguo de Madrid. Su origen parece estar en una de las iglesias desaparecidas, bien la de San Gil, o bien la de San Miguel de los Octoes. Se trata de un Cristo muerto, de tres clavos, labrado de una forma rudimentaria, poco elaborada y sin mucho rigor anatómico. Tiene la cabeza inclinada, y está clavado en una cruz de tableros de época posterior. El paño de pureza está resuelto con poca habilidad. Pese a la notoria rigidez, el conjunto posee una cierta armonía compositiva, y pese a la ausencia de sangre en su cuerpo, logra transmitir una severidad respetuosa y venerable. La advocación de la buena muerte tiene que ver con el deseo humano de terminar el ciclo vital en paz, en armonía con uno mismo y con los demás. El cristiano debe prepararse para bien morir, tener una muerte digna y poder marcharse de este mundo con la conciencia tranquila, pronunciando las mismas palabras que dijo Jesucristo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»

Texto e imagen extraídos del libro: «Cristos y Vírgenes de Madrid»

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«CRISTOS Y VÍRGENES DE MADRID»

Textos: Carlos Osorio. Fotografías: Álvaro Benítez Álvez.

Precio: 22, 90 €. Páginas: 304, a todo color. Formato: 15 x 22,5 cm. Año 2021.

Ediciones La Librería, C/ Mayor, 80. Venta online aquí

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