Acto de protesta contra la subida de precios: jueves 5 de febrero a las 19 horas en la Calle Preciados .
A nadie escapa que ninguno de los incrementos (la luz ha subido un 3,5%; el teléfono, un 4,12%; el transporte de cercanías, un 6,28%; los trenes de larga distancia un 4%; el metrobus pasa de costar 7 euros a 7,40 euros…) se ha traducido en la mejora de los servicios. Las constantes averías del metro, cuyos abonos han subido más que ninguna otra tarifa, son buena prueba de ello. A todo esto hay que sumar las subidas de algunas tasas municipales como el IBI, por el que los vecinos de la capital pagarán de media entre un 12 y un 13% más; la recogida de basuras, que costará en la capital 59 euros al año o el aparcamiento, que se encarece un 4,9%.
Todo ello nos lleva a pensar que las distintas administraciones están haciendo pagar a los de siempre la caída de los ingresos provocada por la crisis inmobiliaria, la mala gestión de los presupuestos (M-30) y los sobrecostes que para las arcas públicas supone la privatización de los servicios públicos (sanidad, educación…).
En este sentido, no ha habido ninguna administración sensible a las consecuencias de la crisis económica: LA SUMA DE TODOS LOS INCREMENTOS, muy por encima del IPC (1,5%) llega en un momento de vacas flacas marcado por el recorte de las prestaciones sociales y el azote del paro.
Dile al consejero de transportes que no estás de acuerdo: