Ideas para mitigar los rigores de la canícula en nuestra ardorosa Villa y Corte:
-En las casas hay que intentar crear corrientes abriendo por la noche las ventanas de los extremos de la vivienda. Durante las horas de calor mantén cerradas ventanas y persianas.
-Las cuevas de las viviendas y comercios del centro de Madrid mantienen una temperatura de unos 10 grados menos que el resto del edificio. El Madrid subterráneo es más fresquito que la superficie y que las alturas. Además, en los portales de los edificios antiguos se suele formar un chorro de aire de forma natural.
-En las bibliotecas públicas se está muy a gusto y podemos descubrir un montón de libros que no conocíamos y que pueden hacernos más sabios.
-Uno puede subirse al metro o a un autobús de la EMT con largo recorrido, como el circular, y dar vueltas a Madrid leyendo ese buen libro que hemos encontrado en la Biblio y gozando del aire refrigerado.
Junto al Río: Hay algunas terracitas en la zona del Manzanares, donde se puede gozar de esos dos o tres grados menos que siempre hace en las riberas del río.
-Una sabia combinación del ventilador y un pulverizador de agua fresca, son una ayuda inestimable para conciliar el sueño.
-Coge una toalla, empápala con agua fresca, escúrrela y póntela al cuello unos minutos.
Corta una rodaja de pepino que tengas en la nevera y póntela (se pega sola) en la frente o en las muñecas.
Usa el abanico.
-Para estar más fresco en la cama usa pijama y sábanas de algodón 100%. Para refrescar la cama puedes meter un rato las sábanas en la nevera, o colocar dentro de la cama una botella de plástico con agua congelada. Puedes poner un cuenco con hielos delante del ventilador.
Estos consejillos pueden ayudar a combatir la calorina, pero si además combatimos de forma efectiva el cambio climático, estaremos mejorando nuestra calidad de vida y las de las generaciones venideras. Igualmente recomendable es no votar a los negacionistas.
Tampoco está de más exigir a los constructores que adopten criterios bioclimáticos al construir los edificios.
Si no hacemos esto, no vamos a parar de darle al abanico.