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En los últimos años, diversos pasteleros han puesto a funcionar su imaginación para crear nuevos dulces típicamente madrileños. Sin duda, uno de los mayores aciertos es el de la pastelería Animari, que ha creado las «chatitas», unos pastelitos de bizcocho suave rellenos de mermelada o de dulce de leche y cubiertos de buen chocolate. El resultado no suele dejar indiferente a nadie. El nombre del dulce hace referencia a una madrileña muy castiza, la infanta Isabel, «La Chata», la noble más campechana del siglo XIX, que tenía un buen paladar y un regusto por las especialidades madrileñas.

Animari, buenos pasteleros desde 1946, están en la calle José Ortega y Gasset, 86.

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