La Fuente de los Caños del Peral
El peral era un árbol muy abundante en Madrid,  presente en las huertas que había en el medievo en la zona de Opera, por ello dio nombre a una fuente que aquí existía desde tiempos remotos.
(Hablando de perales, son estos los árboles que se plantaron en la calle Arenal, y en estos días de marzo están en flor)

En 1567, Felipe II encargó a Juan Bautista de Toledo (arquitecto de El Escorial, que había trabajado con Miguel Angel en el Vaticano) la construcción de una fuente monumental: La fuente de los Caños del Peral. Dicha fuente medía 34 x 3,5 metros y tenía seis caños. En 1625 se reformó la fuente.
En 1830, al hacer el Teatro Real, se decidió nivelar la plaza, que entonces era un barranco hondo, y la fuente, arruinada y en desuso, quedó enterrada a una profundidad de entre seis y nueve metros. Gracias a esta nivelación la fuente se salvó, y sus restos, descubiertos en las recientes obras del metro, han sido restaurados.

Ayer se inauguró el conjunto de restos arqueológicos . El mini-museo subterráneo, acondicionado por los arquitectos Patón y Tellería,  permite contemplar vestigios del acueducto de Amaniel, que llevaba el agua al Palacio Real, así como un tramo de la alcantarilla que conducía el arroyo del Arenal. En la plaza, junto a la boca de metro, podemos ver la réplica del arco central de la fuente.
Foto 1: Carlos Osorio
Foto 2: eleconomista.es
Foto 3: adn.es