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En los almacenes de la Villa, en la Casa de Campo, permanece olvidada desde hace años una fuente monumental que fue pensada y realizada para la glorieta de Cuatro Caminos en los años 90. Finalmente no se colocó porque los técnicos argumentaron que pesaba mucho.

Se trata de una fuente neobarroca dedicada al dios de los vientos, Eolo. Fue realizada por el escultor Manuel Ludeña y su equipo, quienes invirtieron ocho años en realizarla. Aparecen representados los dioses de los principales vientos: Bóreas, Noto, Euro y Zéfiro. El dios Eolo lleva en una bolsa de piel a sus vientos mensajeros.

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Es una pena que un monumento de este calibre esté ahí almacenado sin más y no se utilice para embellecer algún espacio público.
Madrid es una ciudad conocida por sus bellas fuentes públicas, empezando por las del Paseo del Prado y siguiendo por las de la plaza República Argentina o la de San Juan de la Cruz.

Sería una buena idea provechar esta fuente para decorar alguna plaza pública, por ejemplo la plaza de Legazpi.

 

Foto 1: C. Osorio. Foto 2: El País.