Caminando por la Universidad Complutense me encuentro con un edificio mugriento, con toda la pinta de estar abandonado, o tal vez okupado. Al poco se abre la puerta principal y sale un joven. Me dice que no es ningún edificio okupado ni abandonado, sino que es la Facultad de Bellas Artes, y acaban de terminar una clase.
Efectivamente, es Bellas Artes, las señas coinciden: c/ Pintor El Greco, nº 2.
Rodeo el edificio pisando botellas, plásticos y otros restos de botellón y trato de identificar la escuela que yo conocí hace muchos años, el lugar donde se enseñaban los oficios artísticos.
Las paredes están cubiertas de pintadas; pero por más que miro y remiro no encuentro ningún grafiti, ninguna pintada, ningún garabato que pueda tener una mínima calidad artística, un carácter minimamente inteligente, algo que pueda haber sido hecho por un estudiante de arte…y me pregunto ¿Será que ya no enseñan Arte en esta facultad?
Tras echar un vistazo a las aulas y preguntar a diversos alumnos, me voy dando cuenta de que allí ya no se enseña un oficio, ya casi nadie sabe pintar ni esculpir correctamente, ni clásico ni moderno, simplemente se enseñan unas mínimas nociones, pero parece que toda la importancia la tienen los conceptos, las ideas, y las obras (de arte) ya no importan.
Entonces empiezo a caer en la cuenta. Claro ¿Cómo no había caído?
El arte ya no existe, ha muerto, es cosa del pasado, el ser humano por fin ha superado aquella realidad tan dura, incómoda, y esforzada que fue el aprendizaje de los oficios artísticos…
Ahora por fin podemos hacer lo que siempre quisimos hacer:
¡Viva el botellón!