Luis de Oteyza director del periódico “El Liberal” cubrió informativamente la ejecución de los condenados a muerte por el crimen del expreso de Andalucía.
Para poder asistir a la ejecución, el periodista hubo de pasar toda la noche en la cárcel y, no teniendo nada mejor que hacer, aprovechó para hablar con el verdugo. Charla que te charla y fuma que te fuma, la noche se le hizo un poco más llevadera.
Al alba, el verdugo cumplió con su terrible misión de ejecutar a los reos mediante el garrote vil, y lo hizo sin la menor incidencia.
Oteyza, al despedirse del verdugo, se sintió obligado a felicitarle por su trabajo y le dijo:
−Muy bien, lo ha hecho usted muy bien. Si alguna vez me condenan a muerte, pediré que sea usted el que me agarrote.
A lo que el verdugo, emocionado por una felicitación que nunca nadie le dedicaba, contestó:
−Con mucho gusto, señor Oteyza, lo haré con mucho gusto.

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Texto y dibujos: Carlos Osorio. Ediciones La Librería.

Anécdotas de Madrid.